"Te suplique de mil maneras, que aún te
seguía amando.
Te rogué y me humille en decirte lo
mucho que significabas para mi.
Te llore y ni así, tuviste piedad por mí.
Ya no te importo, y me di cuenta en la forma tan cruel de darme la espalda.
Me rompí un poco el corazón, por seguir amándote sin yo recibir nada de tu parte.
Y hasta dejé a un lado mi dignidad, para suplicarte que eres el amor de mi vida.
Y de que me sirvió, tu ya definitivamente
ya no eres parte de mi vida.
Y lo acepte muy tarde, no me di cuenta a tiempo que tus ojos ya no miraban los míos y que tu boca ya no pronunciaba mi nombre.
Y que las luces del que era nuestro hogar, se fueron apagando lentamente.
Y si, eso solamente decía una cosa: Nuestro amor se acabó y no habrá vuelta atrás.
Y lo más doloroso no fue tu indiferencia y ni tu desprecio.
Lo que más me duele fue darme cuenta que todos mis intentos contigo fueron fallidos.
Y si así es, perdí la batalla por tu amor.
Porque tu ya me estabas apuntando por la espalda para que me fuera de tu vida.
Y lo lograste, me hiciste a un lado.
No te deseo el mal pero ojalá sientas remordimientos por haberme dado la
espalda tan cruelmente.
Y no puedas ni siquiera intentar amar a otra mujer, porque te pesará lo que me hiciste.
Y ese dolor lo cargaras por el resto de tu vida.
Porque lo que me hiciste, no tiene nombre"
-Andy Pau
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